Economía salió este miércoles a renovar otra montaña de vencimientos de deuda en pesos y apenas consiguió la mitad del objetivo. Vencieron casi 4 billones de pesos entre Lecap y letras ajustadas, y el equipo económico aspiraba a refinanciar todo sin despeinarse, apoyado en el supuesto aire que llegó desde Washington con el apoyo de Scott Bessent.
La realidad fue menos épica: solo logró retener cerca del 50% y a costa de ceder cobertura contra devaluación, lo que expone un síntoma inquietante. El mercado ya no quiere pesos, solo demanda instrumentos que ajustan con el tipo de cambio.
La licitación incluía una canasta de títulos: Lecap cortas con tasas efectivas reales negativas, una letra dual que ajusta por inflación o dólar oficial (la favorita del mercado) y un bono dólar linked que promete devolver en pesos pero con paridad atada al tipo de cambio mayorista.
Mientras las Lecap apenas reunieron interés marginal, los papeles con escudo cambiario absorbieron la mayor parte de las ofertas. Un mensaje claro: si no hay cobertura contra una eventual devaluación después de las elecciones, no hay rollover.
El dato más inquietante quedó flotando al final de la rueda: lo que no se renovó quedó líquido. Son pesos sueltos, calientes, mordiendo la puerta del dólar financiero.


